lunes, 22 de marzo de 2010

Falso resumen de «La casa de la colina negra», de José Antonio Cotrina

Este texto es fruto de un maquiavélico plan para engañar a estudiantes sin ganas de leer/trabajar. Llegué a crear un blog de resúmenes para redondear la trampa, cambiándome el nombre por el de Denéstor Tul, uno de los personajes de la obra de José Antonio Cotrina. No sé si habrá picado alguno, pero a cuenta de esto nos hemos echado unas buenas risas los colegas de Josean en Facebook... :-))) Soy muy malvado, sí.



En la Colina Negra se yergue una casa muy especial, que antaño fue parte de una red mágica de casas unidas por la hechicería, La Telaraña, habitada por seres fantásticos y extendida por todo el mundo. Pero la casa de la Colina Negra había sido aislada, apartada de La Telaraña.

En esa casa viven un mago, un hada y su hijo mestizo, Víctor. Un día, la familia ayuda a una fantasma que huye de La Sombra, un antiguo demonio, y de sus aliados, que la persiguen a causa de un objeto mágico, la cabeza de Asterio —el minotauro de Creta— que La Sombra necesita para recuperar el gran poder que una vez poseyó, y así dominar el mundo. Para ayudar a la fantasma, dañada por sus enemigos, la familia debía regresar a la Telaraña, algo muy arriesgado, ya que todo el mundo mágico buscaba a Víctor, el Mestizo, pues con su sangre podrían resucitar la magia muerta tiempo atrás.

La Sombra secuestra a Cristina, la mejor amiga de Víctor, y utiliza un hechizo para poseer su cuerpo, con el fin de infiltrarse y averiguar dónde está escondida la cabeza de Asterio. Gracias a su astucia descubre que la fantasma había escondido la cabeza en un templo oculto en la selva de Madagascar. Una vez que se entera, hace que el cuerpo de Cristina se tire por la ventana del ático de la Casa de la Colina Negra, matándola, para poder regresar rápidamente a su propio cuerpo, pues no tiene un segundo que perder. La Sombra y sus aliados infernales viajan a Madagascar, perseguidos por Víctor, los padres de este, su tío, una tía abuela bruja, un cuñado licántropo y un primo segundo aprendiz de farmacia, pero el demonio y sus secuaces llegan antes y recuperan la cabeza de Asterio. La Sombra toma la cornuda cabeza y se la coloca como un sombrero, recuperando mágicamente su antigua forma: él es el Asterio original, el antiguo minotauro de Creta que había sido vencido por Teseo, investido nuevamente de todo su poder. Justo en ese momento aparecen allí Víctor y su familia, que tratan de vencer al malvado hombre-toro, pero este los mata a todos menos a Víctor, que hereda los poderes de sus padres y consigue escapar vivo.

Inmediatamente, el resucitado Asterio, que ha recuperado todas sus facultades, acciona una palanca oculta en el altar del templo y se oye un gran estruendo; en realidad, el templo es una nave espacial que había quedado semienterrada en la selva en un pasado remoto, algo que la fantasma ignoraba totalmente. Víctor, escondido en la copa de un árbol, rodeado de lémures y cacatúas calcinados y calcinadas, contempla con impotencia cómo la nave despega y se eleva hasta la estratosfera.

Asterio se sitúa con su nave espacial en órbita geosincrónica sobre el polo sur y envía un mensaje a través de todas las radios de la Tierra, interrumpiendo la emisión habitual de todas las cadenas excepto la Cope, ya que la Iglesia Católica Apostólica y Romana es inmune a la magia. Asterio dice ser un demonio de origen extraterrestre, procedente del planeta Clarín, en la constelación Tauro, y amenaza con destruir el planeta con su rayo de la muerte a menos que todos los gobiernos y organizaciones de la Tierra se sometan a su voluntad.

Pero Víctor no se ha dado por vencido, pues arde en deseos de venganza, y ahora dispone de amplios poderes heredados de su familia después de ser masacrada por Asterio. Decide teletransportarse mágicamente al Vaticano, donde se entrevista con el papa, que le da su bendición. En un sótano del Vaticano se esconde un libro antiquísimo escrito en una lengua desconocida, con caracteres minoicos, que quizá oculte la clave para librarse del cornudo invasor alienígena. Víctor trata de leer el libro, descubriendo con sorpresa que puede entender lo escrito en él, y encuentra un hechizo para convertir a Asterio en vaca lechera, pero no hay bastante magia en el mundo para activarlo. Para ello Víctor necesita al menos dos litros de su propia sangre, lo único que puede resucitar la magia extinguida siglos atrás. Pero si no tiene cuidado, puede morir en el intento. Decide consultar al Consejo Mágico de la Telaraña, pero el método de extracción de la sangre, por decapitación en un altar con velas negras, no acaba de convencer a Víctor.

Entonces el joven mestizo de mago y hada se teletransporta a la Moncloa, donde consulta con el presidente del gobierno, que no sabe qué hacer y llama por teléfono a Barack Obama, que a su vez consulta con sus asesores, y estos consultan con sus asistentes, y estos con sus astrólogos, psiquiatras, peluqueras, quiosqueros, barmen, vendedores de cupones de la ONCE, etc.

El tiempo va pasando y se acorta cada vez más, inexorablemente, sin que se halle la solución. Entonces, por fin, el ginecólogo de Paris Hilton les da la ansiada respuesta: Víctor debe acudir a una unidad de extracción de la Hermandad de Donantes de Sangre, pues es la única manera de obtener el precioso líquido rojo con relativa seguridad. Al darse cuenta de lo sencillo que era, Víctor se da una fuerte palmada en la frente que le deja una marca roja en forma de N.

Cuando Víctor se teletransporta a la unidad de extracción más cercana para sacarse la sangre sólo quedan unos minutos; el plazo dado por Asterio para el sometimiento de la Humanidad está a punto de expirar. Pero allí las enfermeras rehúsan sacarle dos litros, pues es muy arriesgado y el juramento hipocrático se lo impide. Víctor está dispuesto a sacrificarse pero ellas no creen nada de lo que les dice; ni siquiera se habían enterado de la amenaza mundial de Asterio, porque tenían puesta la Cope y sólo habían oído a Jiménez Losantos metiéndose con Zapatero. Víctor decide volver a Roma y le pide al Papa que lo acompañe, cosa que hace, a pesar de que ya ha pasado su hora habitual de irse a la cama, convenciendo rápidamente a las enfermeras de la necesidad y la urgencia de la extracción. A pesar de perder mucha sangre, Víctor se recupera enseguida gracias a sus poderes mágicos, una Coca-Cola y un bocadillo de jamón serrano que le dan en el hospital.

Por fin Víctor tiene el poder requerido para ejecutar el hechizo; logra teletransportarse a la nave espacial de Asterio, situada en órbita geoestacionaria sobre el polo sur (ya que, gracias al agujero en la capa de ozono, es el mejor sitio para atacar con su rayo de la muerte), y consigue lanzar el hechizo justo cuando el cornudo demonio alienígena está a punto de apretar el botón de disparo, tras lanzar una maléfica carcajada de varios segundos de duración, que dan a Víctor el tiempo extra necesario para atacar a su enemigo. El malvado Asterio se transforma mágicamente en una pacífica e inofensiva vaca, a la que Víctor envía mágicamente a pastar hierba a una explotación ganadera de Cicero por toda la eternidad. La Tierra se ha salvado, Víctor regresa convertido en un héroe y es proclamado Presidente del Consejo Mágico de la Telaraña, donde gobierna con benevolente mano de hierro iniciando profundas reformas en los procedimientos mágicos tradicionales, para modernizar la renacida magia, con una insinuación de segunda parte al final, ya que el antiguo presidente no ve con buenos ojos los nuevos aires que Víctor pretende traer a la comunidad mágica internacional.

jueves, 18 de marzo de 2010

Clarke & Kubrick, presidentes


Acabo de descubrir una frikada de categoría en la película «2010: Odisea 2» (Peter Hyams, 1984). Mirad qué leía la enfermera del hospital donde estaba ingresada la madre de Bowman:


El rostro del presidente de los EEUU es en realidad el de Arthur C. Clarke; el del premier soviético corresponde a Stanley Kubrick (ambos responsables de la primera parte, «2001: Una Odisea en el espacio»). Me ha hecho mucha gracia. :-))

miércoles, 3 de marzo de 2010

Colosos del pensamiento occidental (I): Chris Peterson


Chris Elliot en el papel de Chris Peterson
«¡Oh, Gus! He conocido a la mujer de mis sueños. De esos sueños que lo dejan todo pringoso, ya sabes a qué me refiero...»

«Lo que debo hacer ahora está tan claro como los mocos de un recién nacido.»

«Me atropellan varias veces al día. Es bueno para conocer gente.»

«Puede que seas la cosa más hermosa que jamás he visto en toda mi vida, con la posible excepción de Charles Durning.»

Charles Durning
Charles Durning

«Me llevó diez años... antes de ser capaz de ducharme desnudo... porque... estaba seguro de que... ¿sabes esa cosa por donde se va el agua? ...estaba seguro de que había un ojo ahí... ¡mirándome! [Rompe a llorar.]»

«¡No me había sentido con tanta energía desde que mi mono mascota se comió una libra de café y me persiguió calle abajo con un cuchillo para carne!»

Chris Peterson en Búscate la vida.