miércoles, 28 de diciembre de 2005

I Congreso de Fantasía y Ciencia Ficción del Mediterráneo (una parodia de Jean Mallart)

Del 27 al 28 de mayo se celebrará en la localidad almeriense de San Juan de los Terreros el Primer Congreso de Fantasía y Ciencia Ficción del Mediterráneo.

Este congreso ha sido concebido como parte del programa de Alianza de Civilizaciones del presidente del Gobierno español, don José Luis Rodríguez Zapatero, con la colaboración de la joven Universidad de Almería.

Para que la participación de ponentes extranjeros sea mínima, la organización ha buscado a conciencia la colaboración de las entidades y asociaciones menos representativas de Marruecos, Francia, Italia, Croacia, Eslovenia, Serbia-Montenegro, Albania, Grecia, Turquía, Chipre, Egipto, Túnez, Libia, Líbano, Siria e Israel, con el fin de reducir en lo posible el número de visitantes de estos países, dado el "efecto llamada" que podría generar la excelencia del programa previsto, que no se conocerá completamente hasta haber comenzado el evento y en el que figuran, entre otros actos, una exposición sobre el pulp magrebí que tendrá lugar en la próxima población de Pulpí.

Varios escritores y editores del área mediterránea han expresado su interés en participar, siempre que no acudan al congreso personas de países enemigos. Gracias a ello, es de esperar que no acuda ningún escritor de fuera de España, lo que el aficionado español, harto del dominio extranjero en el terreno de la ficción fantástica, sin duda agradecerá.

El Congreso tendrá cuatro conferencias plenarias (a cargo de Ana Ramos Calvo, Christos Konstas, Izz al-Din al-Madani y Marta Janell) y 5 sesiones temáticas, aún sin definir, relacionadas con la ciencia ficción y la fantasía producidas en el área mediterránea.

La organización contactará con los expertos que deseen participar en el Congreso, en cualquiera de sus sesiones temáticas y mesas redondas, según vayan entrando por la puerta.

Además, se ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Águilas, sita a sólo 8 kilómetros de la sede del Congreso, para que los editores y libreros interesados puedan montar allí sus stands, al módico precio de 100 euros/m².

El Congreso se cerrará con una Cena de Gala con un rico menú a base de cerdo ibérico, por sólo 50 euros. *

Podrá encontrar más información en la página web del Congreso, http://www.ual.es/Congresos/CFCFM2006/. A falta de tres días para el inicio del Congreso, pondremos a disposición de los que deseen asistir información útil acerca del alojamiento, transporte, precio de inscripción, bares de enfrente y programa de actividades culturales. Para cualquier información adicional puede contactar con el comité organizador local en fandeagullo@ual.es, o directamente con los organizadores de cualesquiera de las sesiones temáticas.

Cordialmente,

el Comité Organizador.

                 
* Los asistentes que no deseen comer cerdo tendrán a su disposición un menú alternativo consistente en puré de acelgas, ensalada de lechuga y, de postre, una pera.

sábado, 24 de diciembre de 2005

¡Feliz Nochebuena!

FELICES FIESTAS

«¡Ho, ho ho! (Cuento de Navidad)», de Jean Mallart


PAPÁ NÖEL estaba preocupado. Se había quedado sin dinero; estaba arruinado. Ningún banco aceptaba prestarle nada, pues no disponía de avalistas ni de bien alguno que pudiera servirle para respaldar los créditos que necesitaba. No tenía dinero para huir a otro lugar con una nueva identidad, como había hecho ya tantas veces. Estaba acabado.

—Si es que no se puede ser bueno en esta vida —se quejó amargamente Papá Nöel mientras se servía su tercer benjamín de espumoso barato.

—Y tanto —asintió Mamá Nöel, que acababa de pasar dos horas achicharrándose los sesos con el secador para mantener sus blancos rizos rizados—. Mira que te dije un millón de veces que no fueras regalando cosas por ahí, que luego no dan ni las gracias. Malditos desgraciados...

—Tienes razón, Mamá —murmuró Papá Nöel apurando su copa.

—Sí, Klaus, y tanto que tengo razón. Al menos, ahora que por fin estás arruinado, ¿eh?, viviremos más tranquilos. Gracias a Dios por eso; serías capaz de salir también esta Navidad sólo para quedar bien. ¡Y yo a morirme de asco aquí, cuidando a los renos! Hace un siglo que no vamos de vacaciones por culpa de esa estúpida manía tuya.

—Algún día te llevaré al Caribe —dijo Papá Nöel mientras se servía más burbujas—. Ya verás qué bien, qué calorcillo más rico.

Mamá Nöel hizo una mueca de desagrado, pero se mordió la lengua. ¡A buenas horas, mangas verdes! —nunca mejor dicho— Un siglo atrás le había prometido Venecia, y París el siglo anterior. Nunca cumplió tales promesas... Ahora, sin una sola moneda en el arcón, sabía con certeza que tampoco cumpliría la que le había hecho esta vez. ¿Qué iba a hacer ella en el Caribe, de todos modos, ahora que su cuerpo estaba fofo y envejecido? Se moriría antes de desnudarse para tomar el sol, y ligarse a un nativo quedaba descartado, por supuesto. ¡Diablos! Debió escapar cuando tuvo ocasión, aquella vez que Klaus olvidó las llaves del trineo en el contacto. Así podría haber gozado de la vida. Y la Viagra había llegado con trescientos años de retraso. Nunca había conocido el placer, ni otro calor que el de la boñiga de reno quemándose en la estufa, y todo por culpa de la loca generosidad de su esposo.

—Eras un hombre rico, Klaus, y lo has dilapidado todo. Tantos años de clandestinidad, tantos esfuerzos y dinero gastados tontamente para proteger tu identidad, huyendo de un punto a otro del maldito Círculo Polar, huyendo de jugueteros estafados y soñadores fanáticos que se empeñan en creer que existes, cuando todo el mundo menos tú sabe que Papá Nöel son los padres. ¡Debería darte vergüenza! Me has dado una vida de mierda.

—Cariño... Vamos, no hables así... ¿Quieres una copita de champán? —dijo Papá Nöel, intentando calmarla.

—¡Ni se te ocurra salir esta Navidad!, ¿me oyes? No pienso pasar esta Nochebuena sola. ¡Si yo me fastidio, tú también! Si te veo poner un solo regalo en el maletero del trineo, te mataré.

—Pero es que es mi vida, cariño, compréndelo, es mi imperativo vital, mi razón de ser —se quejó Papá Nöel. Tenía los ojos enrojecidos y la voz gangosa.

—¡No tenemos dinero! ¡Se acabó Papá Nöel, se acabó andar por ahí como un vulgar ladrón, violando domicilios y asaltando jugueterías! ¡Se acabó! —chilló mamá Nöel— ¡A partir de mañana dejas esa tontería y te buscas un trabajo como es debido!

La víspera de Navidad, unas horas antes de la Nochebuena, los duendes fueron a buscar a Papá Nöel.

—Tenemos que decírselo —declaró el mayor de ellos antes de partir.

—Sí —reconoció otro—, aunque creo que sería mejor que esperáramos hasta Nochevieja.

—No pienso trabajar gratis esta Navidad; todavía no hemos cobrado los atrasos de la Navidad anterior y tengo duendecillos que alimentar.

—Eso es; le diremos que si no paga por adelantado, retrasos incluidos, iremos a la huelga.

Pero cuando llegaron a la casita de Papá Nöel y se disponían a llamar a la puerta, algo llamó su atención.

—Qué extraño —dijo el duende mayor—. Mirad, la puerta está abierta.

—¿Con este frío? Pues sí que es raro. Pero si está abierta, podemos entrar, ¿no? Se me están congelando las puntas de las orejas aquí fuera —dijo otro duende.

Así que entraron en la casita... y, al momento siguiente, salieron corriendo y dando alaridos.

Sólo el duende más viejo se quedó. Se acercó a Mamá Nöel y cerró sus exorbitados ojos; luego fue a buscar un cuchillo para descolgar a Papá Nöel de la viga principal del salón.


© Jean Mallart 1998
¡Feliz Navidaaargh!

miércoles, 21 de diciembre de 2005

Cena Anual de la TerSa 2005


Navidad a la japonesaYa se está convirtiendo en una tradición; es la segunda vez que se hace, pero me da la sensación de que cada año que venga vamos a seguir reuniéndonos un montón de amigos de la “cosa nostra”, nativos de Cantabria y de otras comunidades, en algún restaurante de Santander (el japonés Sakura, en esta ocasión) para comer, charlar, reír y compartir noticias, recuerdos, chascarrillos, ideas, recomendaciones y libros de género fantástico.

Este año han llegado visitantes desde Asturias, Barcelona, Madrid, Vitoria y Vizcaya. ¿Cuántos? Pues un montón, con su buena dosis de cyberdarkianos, como es natural, ya que la página de Cyberdark sirvió para que muchos nos conociéramos. Por orden de copy & paste de un repaso hecho por Nacho Illarregui en la lista de correo de la TerSa, fueron:

Ricardo Manzanaro, César Higuero (Kaesar), Rodolfo Martínez, Marisa Cuesta, Javier Cuevas, Germán (Herrán, si no me equivoco), Iván Olmedo (Odemlo), Nimrodelisa, José Antonio Cotrina, Natalia y Alejo Cuervo. Más 12 habituales de la TerSa: Lessa y Carlos, Nacho Illarregui y Paula, Marc R Soto, Luisa (Egwene), Álvaro (El Peras), Nacho Uriel (Uri), Marisa Gut, Ana (Shelvatica) y yo (Juan). Faltaron a la cena el poeta Vicente García Escudero, que se sintió mal y se fue a casa a última hora, e Iván (Cyric) que no pudo venir. También echamos de menos a Manuel de los Reyes, que sigue en Alemania muerto de frío y morriña; vaya un abrazo para allá.

Una noche impagable, con Alejo Cuervo y yo instruyendo a Kaesar, Ricardo y El Peras en el uso de los palillos japoneses y comiendo pescado crudo como si tal cosa, Javier Cuevas lanzando dardos como si tuviera delante a Gª Bilbao, el gigantesco Germán pidiéndome una camiseta de la TerSa, talla XXXXXL, Cotrina firmándome Salir de fase en el volumen de los UPC 2000 y haciendo virguerías en el billar, Rudy discutiendo con Odemlo sobre las Secret Wars...

La pena es que no he podido hablar con todos (y todas). Éramos tantos (y yo soy tan tímido)... Pero bueno, con haber conocido a Alejo Cuervo, alias el Papa Alejo I, uno de mis mitos juveniles del mundillo, me doy por satisfecho. Ya había cruzado unas palabras con él en Xatafi 2003 (bromeando sobre la “edición” de Choque de Reyes que había llevado a la Hispacon, con las páginas en blanco) pero no es lo mismo que compartir bandeja de sushi.

¡Soy un cenobita y estoy orgulloso!

En fin, me las arreglé para no emborracharme completamente y me lo pasé muy bien, aunque al final el cansancio pasó factura.

Las fotos, en la página oficial de la Tertulia Fantástica de Santander.

martes, 20 de diciembre de 2005

Una sopa de ciencia ficción


¿Quién no se ha tomado nunca un plato de sopa con fideos para cenar? Muchos habréis conocido la sopa de estrellas (qué título para un cuento de CF nostálgica) y la de letras, con la que se podían escribir en el borde del plato cosas como «HEINLEIN FACHA» o «JUAN X EVA», si uno era capaz de encontrar la equis. Habiendo tomado tantos platos de sopa de estrellas y sopa de letras, ¿cómo no querer dedicarse a la ciencia ficción?

Pero la sopa que cené el otro día, gracias a un supermercado francés y a que mi madre sabe cuánto me gustan estas cosas, ya fue el colmo. Atención a las diminutas figuras de sémola cocida que adornaban el exquisito caldo de gallina de mi señora madre:

¡Quiero! ¡Una! ¡Sopa!

martes, 13 de diciembre de 2005

Laura Gallego, hoy en Santander

Mientras me zampaba un exquisito conejo con salsa de setas, hace un rato, he estado escuchando a Laura Gallego, que ha sido entrevistada por Zuleima Campos en Radio Santander (Cadena SER). La escritora se encuentra en nuestra ciudad promocionando la segunda entrega de sus Memorias de Idhún, la serie de fantasía juvenil que está arrasando en España y que ha convertido a su joven autora en una de las más exitosas del país.

Esta tarde presenta su obra en la librería GIL de Santander. Me gustaría poder ir a saludarla; le diría algo así como «cuando te invitemos nosotros todo irá mejor; no veas qué chinos más cojonudos tenemos en Santander» o «no eres la Rowling ni falta que te hace, olé tus ovarios, y al próximo periodista que te pregunte por ella le puedes dar una colleja de mi parte».

Me ha gustado cómo se ha desenvuelto en la entrevista, eludiendo los intentos de arrastrarla por el tópico y explicando lo que hace, sin complejos.

En fin, me gustaría volver a tener catorce años para disfrutar plenamente con sus historias como, al parecer, hacen tantos y sobre todo tantas personas de esa o parecida edad. Me ha pillado un poco viejo, hoy un año más, pero conste que me alegro por ella y espero que se vaya de Santander con buen sabor de boca, aunque sea sin haber tenido el placer de conocerme.

La noticia, en el Diario Montañés.

viernes, 9 de diciembre de 2005

Camisetas de la TerSa (2)


Desde el principio, quise hacer el logotipo de la TerSa en blanco y negro. La mejor opción para el color de las camisetas, claro, era el negro. Hay cierta tradición en el fandom de portar barriga, gafas de pasta, perilla o barba y camiseta negra con algún motivo friqui. Y a mí sólo me faltaba la camiseta negra (las gafas las llevo sólo en casa, eso sí).

Los planes iban estupendamente. Calculé que se harían unas 10 camisetas (calculé mal; serán el doble) y ya me imaginaba a todos los tertulianos con la camiseta negra diseñada por mí...

¡Mi gozo en un pozo! Es lo malo de no dominar el mundo, que enseguida surgen discrepancias.

Nacho quería una camiseta de color.

—¿Qué color?
—Azul 4 Fantásticos.

Condensé en un microsegundo el Muero por dentro de Silverberg y asentí resignado. Ya me imaginaba al comercial de la serigrafía hablando con el encargado:

—Me han pedido un azul especial.
—A ver, qué azul es ese.
—4F.
—¡Coño, no me lo des en hexadecimal!
—No, es que...
—A ver que lo convierta. Vale, 79. ¡Pero si es un rojo!
—Es que...
—¿Pero cómo has cogido el pedido?
—Es que...
—¡Anda, averigua el Pantone y no vuelvas hasta saberlo!

Luego Nacho se fijó en la birra que tenía delante y exclamó:

—¡Y la otra, verde botella!
—Yo la quiero de ese tono —pidió Egwene señalando la camisa verde niebla de Vicente.
—¡Ah! —exclamó el Peras—, ¿se puede elegir color?

Resultado: vamos a parecer una carroza del Día del Orgullo Friqui, cada uno a su bola. En fin... ¡Al menos no me han pedido que el logo vaya a juego!

URI (asomando la cabeza): Oye, el logo este, ¿no podría ir a juego?

United Colors of TerSa:

Nacho IllarreguiNacho Illarregui
EgweneEl Peras
Marc R SotoFriqui estándar

jueves, 8 de diciembre de 2005

Transhumanidad y posthumanidad en la CF (V)


La Eva futura

¡Qué tarde llego a la Humanidad!

Thomas Alva Edison en La Eva futura
(1885) de Villiers de L’Isle-Adam



Pocas novelas merecen como ésta la calificación de “fundamental”. Lo es, desde luego, para la historia del concepto de posthumanidad en la ciencia ficción, pero también para la historia del propio género, del fantástico en general, de la literatura francesa y, si me apuran, de toda la literatura universal. Me consta que ni ella ni su autor son muy conocidos, sin embargo (al menos, en España), así que intentaré esmerarme en la puesta de antecedentes.

La Eva futura fue publicada por entregas en el semanario La Vie Moderne (La Vida Moderna), entre los meses de julio de 1885 y marzo de 1886, apareciendo en mayo de 1886 en formato libro.

Su autor, Jean Marie Mathieu Philippe Auguste, conde de Villiers de L’Isle-Adam, era un hombre superdotado en cualidades pero con una escasísima fortuna (en todos los sentidos de la palabra). Miembro de una familia aristocrática bretona de rancio abolengo pero venida a menos —a menos que nada, en realidad— por culpa de su padre —un incompetente que dilapidó la fortuna familiar en una lamentable serie de proyectos a cual más disparatado—, pudo mantener una vida digna gracias a su tía abuela... Hasta la muerte de ésta, que lo precipitó de cabeza en la miseria económica.

Villiers creó buena parte de su obra en condiciones increíbles de pobreza; La Eva futura, por ejemplo, fue escrita, a falta de mesa en la que apoyarse, en el suelo de su vivienda, sobre unos papeles de periódico. La injusta penuria que padeció en aquellos años terminaría con su muerte poco tiempo después, el 18 de agosto de 1889. La generosidad de la comunidad artística parisina, que sufragó los gastos de su entierro, evitó que sus restos fueran a parar a una fosa común.

La obra de Villiers es de gran interés para los aficionados al fantástico pero, tristemente, bastante desconocida. Influido por Edgar Allan Poe, cuya obra conoce a través de su amigo Baudelaire, escribió numerosos cuentos de género fantástico y de misterio, destacando por su fama los recopilados en la antología Cuentos crueles, que recomiendo sin reservas.

Pero, en mi humilde opinión (que, casualmente, coincide con la del propio Villiers), lo mejor de su producción, su obra maestra, es La Eva futura.

Cedo aquí la palabra al pensador español Gabriel Albiac, que analizó la obra en su libro La caja de muñecas de 1995; en él nos resume brevemente el planteamiento de Villiers:

Dos personajes masculinos. Thomas Alva Edison, uno. No es arbitrario que Villiers haya escogido al inventor. Su figura en la Francia posterior a la Exposición Universal es legendaria. Para Villiers representa el símbolo de los tiempos modernos: la ciencia al servicio de la supresión del sufrimiento. El otro es un joven lord inglés, Ewald. Viejos lazos de amistad lo unen al científico a quien visita en su mansión y laboratorio de Memlo Park. Es una despedida. Ewald ha tomado ya la decisión de suicidarse. Habla a Edison de una joven —de nombre, sintomáticamente, Alicia; la verdad, en griego— tan bella cuanto estúpida. Vivir con ella es moralmente insufrible. Prescindir de su presencia estética, intolerable. Ewald está definitivamente harto. Sólo ante la decisión de muerte de su amigo, propone Edison un experimento: él construirá para Ewald una autómata idéntica en todo a Alicia Clary salvo en su estructura anímica. La Andreida poseerá un almacén de pensamientos y palabras de inteligencia y sensibilidad impecables y será físicamente indistinguible de su modelo. El pacto es establecido. Ewald pospondrá su suicidio hasta contemplar el resultado. Poco tiempo. Apenas cuatro semanas, promete el inventor.

En próximas entradas trataré de analizar la novela en profundidad. Aconsejo a quien pueda leerla (está disponible en la editorial Valdemar a un precio francamente económico, poco más de siete euros), que lo haga cuanto antes. Es una cuestión de justicia.


Homo excelsior
Transhumanidad y posthumanidad en la CF (I)
Transhumanidad y posthumanidad en la CF (II)
Transhumanidad y posthumanidad en la CF (III)
Transhumanidad y posthumanidad en la CF (IV)
Sobre «Transhumanidad y posthumanidad en la CF»

Humanidad y posthumanidad (una aclaración)

Sobre «Transhumanidad y posthumanidad en la CF»


He descubierto que atenerme estrictamente a la cronología, en esta fase de mi trabajo, se ha convertido en un obstáculo para la buena marcha del mismo.

No tengo todas las fechas en la cabeza. ¿Va antes Bellamy que Villiers? Tendría que mirarlo. Pero puedo hablar de Villiers ahora y saltarme lo que pueda ir antes, ¿qué más da? Así que quizá me salte cosas pero volveré sobre ellas más tarde.

Después de hablar de Shelley, de Poe y de Verne (de éste, poquito, pero es que no hay dónde hincarle el diente), me apetece escribir sobre La Eva futura, y sobre ella voy a tratar en la siguiente entrada del blog. Cuando termine el trabajo estaré a tiempo de hacer enmiendas y montar lo que haga falta.

Este inciso se me ha antojado necesario no sólo para advertiros de posibles omisiones de ahora en adelante, de idas y venidas en el camino del tiempo, sino para explicar algo sobre el capítulo que se abre a continuación.

No puedo hablar de La Eva futura, la extraña, audaz y turbadora novela del igualmente extraño, audaz y turbador conde de Villiers de l’Isle-Adam, sin referirme a «Deus ex machina», título de un análisis de la obra excelentemente escrito por Gabriel Albiac —catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid y Premio Nacional de Ensayo en 1988— y publicado en su libro Caja de muñecas (Destino, 1995).

Tampoco puedo hablar de Albiac sin lamentar su “deriva reaccionaria” de los últimos años. Personalmente me parece que se ha descarriado, que se ha alejado del logos. Se nota en su afán iconoclasta la nefasta influencia de Gustavo Bueno (un imbécil —erudito pero imbécil— haciendo de martillo de idiotas; lo que faltaba). Varias de sus opiniones actuales me parecen poco rigurosas (por decirlo suavemente) y algunas de sus compañías me repugnan. Pero sería injusto no tener en cuenta sus comentarios sobre La Eva futura a causa de estas discrepancias de última hora. No confundamos churras con merinas; hay que reconocer que su análisis de la obra de Villiers es magistral. Y a él me remitiré cuando lo crea necesario.


Homo excelsior
Transhumanidad y posthumanidad en la CF (I)
Transhumanidad y posthumanidad en la CF (II)
Transhumanidad y posthumanidad en la CF (III)
Transhumanidad y posthumanidad en la CF (IV)

Transhumanidad y posthumanidad en la CF (V)
Humanidad y posthumanidad (una aclaración)