domingo, 4 de marzo de 2012

«Naufragio», de Charles Logan

☆☆☆☆☆

Cuando cerré el libro después de leerlo (hace unos 20 años) pensé: «¡Qué suerte tengo!» Esta novela figura en mi «Top Five» particular del género, haciendo compañía a obras de Disch, Lem, Pohl... ¡Y es una opera prima!

Una novela dura, hard en más de un sentido, realista, sin concesiones, sin más diálogo que el del náufrago con su destino. Como dijo Planells, «extrañamente patética», y es que su emotividad no es aquí fruto del empleo de recursos facilones o trampas burdas para buscar la lagrimita, blandenguería chirriante al uso. El náufrago despierta nuestra empatía, nos identificamos con sus sufrimientos y eso es el patetismo bien entendido; sentimos pena porque lo que le pasa al pobre hombre no es para otra cosa...

¡Claro!, es mentira todo, una ficción. Ahí está la magia de Logan: hacérnosla creer, mientras la leemos; mientras la leemos, sentimos, nos emocionamos. Hasta se nos puede escapar una lagrimita.

Se ha criticado que el tema fuera poco original. Pamplinas. Como si no se pudieran escribir historias de náufragos después de Robinson Crusoe. Es más, precisamente resulta muy original por el tratamiento del tema, diferente en todo del que hizo Daniel Defoe.

Charles Logan nació en 1930 y trabajaba como enfermero en un hospital psiquiátrico cuando se publicó Naufragio, que es su única novela. Aparte de eso, sólo escribió dos relatos cortos que siguen inéditos por decisión del autor. No sé por qué decidió no volver a escribir, pero es una verdadera lástima.