sábado, 6 de mayo de 2006

La segunda estantería


La locura continúa. De momento, voy por Valentine Pontífice, de Robert Silverberg.

Si quieres, echa un vistazo

4 comentarios:

  1. uau, veo muchas semejanzas con mis propias estanterías(los saldos de Ultramar y de Nova, el mejor invento desde la rueda), aunque te veo un hueco importante por rellenar con los libros de Vance sacados por Gigamesh(estoy verde de envidia de ver esos Martinez Roca de Vance), y por fin alguien que lee y tiene casi completo(Trueno Rojo) a Varley(debo ser el único)
    animo y a por la tercera entrega

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  2. Gracias, Flashy, ya estoy montando la tercera estantería. Es la menos surtida, porque en ella guardo, aparte de unas cuantas antologías de CF, la fantasía y el terror, géneros a los que no he prestado tanta atención. Allí tengo otros tres Vance, precisamente de Gigamesh, los de la trilogía de Lyonesse. Los otros, "Lámpara de noche", etc., no los compré porque Antonio Rodríguez Babiloni, un fanático de Vance, me desaconsejó su compra. Son libros para fans de Vance y yo no lo soy. Me gusta el autor, es verdad, pero no tanto como para andar gastando en libros que probablemente no me van a satisfacer.

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  3. Y además de por orden alfabético de autores, ¿qué otro método de clasificación utilizas?

    Algunos de tus libros me dejaron verde de envidia.

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  4. Pues primero coloco los de ciencia ficción, luego los de ensayo sobre el género (tengo unos pocos), luego la fantasía y, finalmente, el terror. Además, dentro de cada autor coloco primero las novelas y después las antologías. Si hay series, las ordeno. Después de las novelas y antologías de autor, van las antologías colectivas, por orden de seleccionador, y aquellas en que no figura un responsable las coloco por editorial. Al final el todo, van las revistas.

    Cuando tenía menos libros, colocaba novelas y antologías por orden cronológico, pero ya no me molesto.

    Ayer, por cierto, estuvo Nacho en mi casa para terminar de firmar los Estatutos de la Sociedad Cántabra del Fantástico... Y, claro, le invité a ver mi rincón del vicio. Lo tuve bien vigilado. Estos que parece que nunca han roto un plato son los peores. :-))))

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