jueves, 7 de enero de 2010

«Marsbound» y «Starbound», de Joe Haldeman

Bueno, no sé si sabréis que Joe Haldeman ha estado pachucho a finales de año. (También puede que no sepáis quién es Joe Haldeman; si es así, pasaos por Wikipedia y volved más tarde).

Todavía está fastidiado, pero mejor; ha salido del hospital y está en su casa. El caso es que, cuando me enteré de que estaba enfermo, me dio un poco de angustia. No sólo porque me gustan sus libros (no soy un gran fan, pero me gustan) sino porque tuve la suerte de conocerlo, charlar con él y comprobar que es una persona estupenda. Es el único autor galardonado con el Grand Master Nebula al que conozco personalmente, y encima le caigo bien. Quiero que siga siendo así.

Afortunadamente Joe y Gay, su mujer, se acordaban de mí cuando reanudé el contacto. Supongo que no era fácil olvidarme considerando que, cuando nos conocimos, yo iba disfrazado de Giles Habibula, orondo personaje de la novela «La Legión del Espacio», de su amigo Jack Williamson.

El caso es que últimamente estoy más al tanto de lo que hace Haldeman. La noticia es que acaba de salir en EEUU la continuación de «Marsbound», que se titula «Starbound» y ha sido editada por Ace Books.

«Marsbound» (☆☆☆½) es una especie de novela juvenil a lo Heinlein; quizá los conocedores del género recuerden «Podkayne de Marte» (también editada como «Hija de Marte» en nuestro país), que es la referencia inmediata, igual que lo fue «Tropas del espacio» cuando Haldeman creó «La guerra interminable», su novela más famosa. Salió al mercado en agosto de 2008.

La protagonista es una jovencita llamada Carmen Dula, cuya familia gana un sorteo para visitar la colonia humana establecida en Marte. Allí hará gala de su rebeldía juvenil y vivirá entretenidas aventuras, con sus dosis de humor y drama, junto a sus amigos los marcianos.

Haldeman no es el único que ha tratado de emular a Heinlein dándole una vuelta de tuerca; es notable el caso de John Varley, uno de los mejores cuentistas de la historia del género, que también ha hecho sus incursiones en la novela juvenil heinleniana con novelas como «Trueno Rojo», aunque no con mucha fortuna; el esfuerzo emulador de Varley es tan grande que éste llega a auto-anularse como autor; es una novela sin personalidad propia, carente de originalidad y en el que la brillantez de Varley como estilista destaca por su ausencia.

Haldeman tiene quizá menos capacidad estilística, pero sin duda sus dotes para la novela, para la narración larga en general, son mayores. El homenaje a Heinlein es más sutil, más de fondo, como en «La guerra interminable» o en la trilogía de los Mundos, a la que recuerda un poco por su estilo inconformista. Y, a pesar de su carácter de obra menor, el resultado es mucho más satisfactorio. Espero que «Starbound» resulte igual de entretenida.

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