martes, 20 de diciembre de 2005

Una sopa de ciencia ficción


¿Quién no se ha tomado nunca un plato de sopa con fideos para cenar? Muchos habréis conocido la sopa de estrellas (qué título para un cuento de CF nostálgica) y la de letras, con la que se podían escribir en el borde del plato cosas como «HEINLEIN FACHA» o «JUAN X EVA», si uno era capaz de encontrar la equis. Habiendo tomado tantos platos de sopa de estrellas y sopa de letras, ¿cómo no querer dedicarse a la ciencia ficción?

Pero la sopa que cené el otro día, gracias a un supermercado francés y a que mi madre sabe cuánto me gustan estas cosas, ya fue el colmo. Atención a las diminutas figuras de sémola cocida que adornaban el exquisito caldo de gallina de mi señora madre:

¡Quiero! ¡Una! ¡Sopa!

1 comentario:

  1. Lo malo de esas sopas es que a veces te quedas cinco minutos mirándolas para saber qué es cada forma. La de arriba a la derecha, por ejemplo, todavía no la he pillado. -_-

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