miércoles, 18 de junio de 2008

«Los cronocrímenes», de Nacho Vigalondo

☆☆☆½

«Los cronocrímenes» es el primer largometraje de Nacho Vigalondo —el más prometedor cineasta cántabro de la actualidad, que despuntó hace unos años con su candidatura a los Oscars de Hollywood por su corto «Las 7:35 de la mañana»—. Una opera prima que, sin un gran presupuesto ni espectaculares efectos especiales, logra enganchar al espectador (por lo menos yo no noté apenas el paso de sus 88 minutos) con un tema ciertamente arriesgado (y más teniendo en cuenta que se trata de una opera prima): el viaje en el tiempo.

Para el espectador curtido en este tema —alguien, por ejemplo, que haya entendido «Primer» a la primera—, esta película no supondrá una gran novedad, pero al menos quedará satisfecho por el modo como encajan las cosas en el guión, lo cual no es moco de pavo cuando hablamos de viajes en el tiempo. Y podrá disfrutar de la actuación de Karra Elejalde, que está muy bien, del buen hacer de Candela Fernández y del encanto de Bárbara Goenaga (menuda chavala, arfs). Nacho Vigalondo, a pesar de no ser precisamente un actor excelente, cumple su papel con dignidad, pero donde se luce es en la dirección, bastante notable, y en el montaje, realmente bueno.

Otro haber de la película es el final, coherente y no demasiado previsible. Un buen final, algo cada vez más raro de ver en el cine de hoy en día, donde tantas películas tienen un comienzo estupendo y terminan de forma apresurada y chapucera.

La Sala Argenta del Palacio de Festivales de Santander estaba abarrotada de espectadores; había mucha gente de los pueblos de Cantabria donde se ha rodado la película: Isla, Meruelo, Noja..., y también de Cabezón de la Sal, de donde es oriundo el director, al que se notaba emocionado por el apoyo de sus paisanos de toda Cantabria.

En fin, un dignísimo producto que no tiene nada que ver con el cine que se suele hacer en España, que se sale de lo corriente en este país, una película que ha cosechado premios (como el Asteroide de Oro, máximo galardón del Festival Science Plus Fiction de Trieste) y buenas críticas en su gira por los Festivales (incluido Sundance) y que merece sin duda una distribución masiva en nuestro país. No es de extrañar que haya llamado la atención de la industria de Hollywood.

Hay que apoyar a Nacho Vigalondo para que su talento indudable logre desarrollar todo su potencial.

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