viernes, 30 de agosto de 2013

«Los Héroes», de Joe Abercrombie

☆☆☆☆½

«Los Héroes» es la quinta novela del escritor británico Joe Abercrombie, del que ya hablé aquí para comentar su novela anterior, «La mejor venganza». Ambas están ambientadas en el mismo universo fantástico que las tres precedentes, que conforman la trilogía de la Primera Ley: «La voz de las espadas», «Antes de que los cuelguen» y «El último argumento de los reyes». Como «La mejor venganza», «Los Héroes» es de lectura independiente, aunque comparte muchos detalles con las anteriores. Además, se ha confirmado la próxima publicación en España de su sexta novela, «Red Country», cuya acción transcurre también en el mismo mundo de ficción. Todas (excepto la última, claro) están editadas por Alianza. ¹

Si la trilogía de la Primera Ley era una fantasía épica pura y dura en clave de low fantasy (en el sentido rolero) con su bárbaro, su mago, su príncipe, su chica guerrera, sus intrigas palaciegas, su espada mágica y su señor oscuro, sus torres, asedios, batallas y demás parafernalia, pero pasada por el filtro realista de Abercrombie, en sus otras novelas el autor británico ha practicado con alegría la mezcla de géneros encontrando su inspiración, principalmente, en las películas de acción de los años 60 y 70.

Así, «La mejor venganza» es, como indica su título español, una clásica historia de venganza inspirada en el hard boiled criminal y el spaguetti western, heredera de “vendettas” cinematográficas como «A quemarropa» (una referencia a la que hizo alusión el propio Abercrombie, en el Festival Celsius 232 celebrado este verano en Avilés), «Coffy», «Lady Snowblood», «De hombre a hombre» o «El gran Silencio». Por su parte, «Red Country» es una especie de western crepuscular que recuerda un poco a «Centauros del desierto», con elementos de las películas de spaguetti western y de exploitation antes mencionadas. Todo ello, naturalmente, en clave de Espada y Brujería; más espada que brujería, eso sí, algo típico de las novelas de Abercrombie. Una mezcla de lo más espectacular.

En «Los Héroes», Abercrombie nos ofrece una novela de guerra inspirada en el cine bélico de los 60 y 70. En todas sus novelas hay ecos del trabajo de directores como Samuel Fuller o Sam Peckinpah pero parece que, en este caso, la inspiración le vino directamente de dos películas basadas en novelas de Cornelius Ryan: «Un puente lejano» (de nuevo mencionada por Abercrombie en su encuentro con los lectores en Avilés) y «El día más largo».

Si habéis leído alguna novela de Cornelius Ryan o James Jones (mi favorito de este género, con obras maestras como «La delgada línea roja» (t.c.c. «Morir o reventar»), «De aquí a la eternidad» o «Silbido», ambientadas en la II Guerra Mundial), podéis haceros alguna idea de lo que os espera en este libro.

«Los Héroes» narra las vicisitudes de un conflicto de tres días entre tropas de la Unión, una civilización de nivel renacentista, y una coalición de hombres del Norte, semibárbaros, liderados por el temible Dow el Negro, un personaje al que conocimos en la trilogía de la Primera Ley. Un punto que tiene en común esta novela con otras de Abercrombie es que suelen compartir personajes, aunque su protagonismo varía mucho de novela en novela. Sin embargo, como en el caso de «La mejor venganza», no es necesario haber leído las anteriores para disfrutar de ella.

En «Los Héroes», la intención del autor era dar un tratamiento más realista a las típicas batallas de fantasía, que generalmente son narradas de manera muy superficial. Desde luego, ha logrado totalmente su objetivo. Aplicar las técnicas narrativas del género bélico al género de la fantasía épica ha sido un gran acierto; creo que nunca se había hecho antes con tanto empeño, y el resultado merece la pena. Personalmente, nunca había visto una batalla tan bien contada en una novela de fantasía.

Otro objetivo de Abercrombie era examinar con atención y detalle el concepto de héroe, un tipo de personaje tradicional en el género de fantasía (de hecho existe todo un subgénero, hermano de la fantasía épica, conocido como fantasía heroica). ²

Una pista del enfoque elegido por Abercrombie nos la da el propio título de la novela. No se refiere a nadie; Los Héroes es el nombre de un monumento lítico que domina una pequeña colina; es un topónimo, como El Álamo (lugar de una importante batalla, crucial en la guerra de independencia de Texas, que tuvo lugar en 1836). En «Los Héroes» no hay héroes de una pieza, a excepción de esos grandes trozos de piedra. El modelo de héroe tradicional de la fantasía épica es diseccionado y analizado en todas sus partes hasta las últimas consecuencias. Abercrombie hace en esta novela un verdadero estudio sobre el heroísmo, explorando y explotando todas sus posibilidades a través de los personajes, con su afán iconoclasta de siempre.

A Joe Abercrombie lo mueve, en buena medida, un impulso de innovación; siempre intenta aportar algo nuevo al género de la fantasía épica. En la trilogía de la Primera Ley quiso aportar un “plus” de verosimilitud en los personajes, los diálogos, los combates, incluso la magia. El resultado es que el esfuerzo que el lector debe hacer para suspender su incredulidad es menor, así que se engancha mucho más a la narración y, cuando lo maravilloso surge, el efecto es mucho más potente.

Joe Abercrombie puebla sus novelas con personajes llenos de vida, con sus complejidades psicológicas y emocionales; la acción, salvaje, soberbiamente narrada, está salpicada de momentos de calma donde brilla el humor negro de los diálogos, frescos y naturales, y todo ello está aliñado con una interesante falta de escrúpulos morales (como la vida misma), algo que para mí siempre es de agradecer. Son novelas corales, en las que el protagonismo se reparte a lo largo de un buen número de páginas (nunca bajan de 700). «Los Héroes» no es una excepción; cumple con todo lo que acabo de referir. Pero, además, el estilo de Abercrombie está más depurado, se nota un progreso en su manera de narrar. Es, creo, su obra más redonda.

¡La recomiendo!



¹ La publicación de «Tierras rojas» (Red Country) está prevista para octubre de este año.

² Aprovecho para insistir en que no se deben confundir ambos términos. En la fantasía heroica (término acuñado por L. Sprague de Camp para designar cierto tipo de historias de espada y brujería, un término acuñado a su vez por Fritz Leiber) siempre hay un héroe principal, protagonista absoluto de la historia (bueno, en las historias de Fafhrd y el Ratonero Gris, de Leiber, son dos; vale, ya me entendéis); en cambio, en la fantasía épica, el protagonismo se reparte y la escala del conflicto entre el “bien” y el “mal” es mucho mayor. Ambos subgéneros tienen otras características peculiares de cada cual que no voy a referir ahora porque no es el momento. Quizá lo deje para otra entrada.

Digo esto porque hasta en Wikipedia mezclan los dos subgéneros (tienen montado un cacao impresionante, dicho sea de paso), y no. Esta confusión data de hace más de 50 años, cuando Michael Moorcock propuso el término “fantasía épica” para el tipo de narraciones de fantasía heroica que escribía Robert E. Howard. Fue entonces cuando Leiber se sacó “espada y brujería” de la chistera. Luego se aprovechó el término propuesto por Moorcock para describir epopeyas fantásticas como «El Señor de los Anillos», enmarcadas en el subgénero High Fantasy. Cuando digo que la trilogía de la Primera Ley es una fantasía épica en clave de low fantasy «en el sentido rolero» es porque los jugadores de rol dan un sentido diferente a estos términos; en realidad, si nos guiamos por criterios estrictamente literarios, la trilogía de la Primera Ley es High Fantasy. También se confunde fantasía épica con High Fantasy, cuando no es más que un subgénero de ésta. En fin, ya digo que no es momento para profundizar en estos asuntos, digamos, “taxonómicos”. Quizá más adelante.

1 comentario:

  1. Genial la reseña y muy buenas las dos aclaraciones, debo agradecerte la fecha de publicación de "Red Country"!

    Te dejo mi reseña: http://booksymusic.blogspot.com.es/2013/09/los-heroes-joe-abercrombie.html

    Salud!

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